El Commonwealth Bank de Australia ha aprendido recientemente una dura lección sobre las leyes contra el spam.
Se le impuso una multa de más de tres millones de dólares por sus prácticas ilegales de correo electrónico.
Esta multa puede parecer grande en escala; sin embargo, para el banco con beneficios, no ha hecho mella en su cartera.
El banco ha declarado más de cinco mil quinientos millones de dólares de beneficios en el último trimestre semestral, lo que supone un aumento del quince por ciento.
Con unos tipos de interés más altos que nunca y un coste de la vida insoportable, ¿está saliendo indemne el gran banco?
Una investigación llevada a cabo por la Autoridad Australiana de Comunicaciones y Medios de Comunicación (ACMA) reveló que el Commonwealth Bank of Australia (CBA) había enviado más de 65 millones de correos electrónicos que incumplían la legislación australiana sobre spam.
La investigación descubrió que más de 61 millones de correos electrónicos de marketing de CBA exigían a los clientes iniciar sesión para darse de baja.
Además, se descubrió que cuatro millones de correos electrónicos de marketing carecían de una opción para darse de baja que funcionara.
CommBank envió más de 5.000 correos electrónicos comerciales a clientes que habían solicitado expresamente darse de baja.
La presidenta de la ACMA, Nerida O’Loughlin, expresó su preocupación por la magnitud de las infracciones cometidas por la CBA.
En un comunicado, declaró: “La magnitud y duración de las infracciones de la CBA son alarmantes, especialmente cuando la ACMA le advirtió con antelación de que podría tener algunos problemas y las medidas que tomó fueron ineficaces. El hecho de no solucionar los problemas demuestra un desprecio absoluto por las normas sobre spam y los derechos de sus clientes”.
La Sra. O’Loughlin subrayó el impacto en los clientes al afirmar: “Los consumidores se sienten frustrados por las intrusiones de marketing en su intimidad, sobre todo cuando no hay opción o es difícil darse de baja”.
La ACMA impuso la mayor sanción jamás impuesta por infracciones de la ley sobre spam, y la CBA se enfrenta ahora a un compromiso judicial de tres años.
Deberá llevar a cabo una revisión independiente de sus prácticas de marketing electrónico e introducir mejoras.
Además, tendrá que presentar informes periódicos de cumplimiento a la ACMA y formar a su personal sobre la legislación australiana en materia de spam.
Monique Macleod, Ejecutiva de Marketing y Asuntos Corporativos del Grupo CBA, hizo una declaración la semana pasada: “Pedimos disculpas a todos los clientes afectados por estos problemas, que no deberían haberse producido. Hemos solucionado el problema y estamos haciendo cambios para asegurarnos de que no vuelva a ocurrir en el futuro”.
La Sra. Macleod reconoció el problema causado por el banco, declarando: “Los problemas dieron lugar a que algunos clientes recibieran comunicaciones nuestras después de haberse dado de baja, y a que otros recibieran comunicaciones sin que funcionara el mecanismo para darse de baja.”
La ACMA vigilará de cerca el cumplimiento de la normativa por parte de CBA y tomará nuevas medidas si es necesario.